25 ene 2013

Lincoln en el país de las maravillas


Este domingo fui a ver una película: Lincoln. Prometía. Tenía ganas de verla y, aunque me considero poco cinéfila, me apetecía saber algo más sobre una persona que cambió el porvenir de la humanidad. Todos mis respetos para este hombre, mis más emotivas ovaciones, se las merece.

Debo confesar que me considero una persona a la que la historia la va descubriendo poco a poco, mediante experiencias vivenciales. Vivo algo que me emociona, lo siento, investigo e interiorizo los aprendizajes que me aporta. Es mi parte más femenina, más salvaje por así decirlo, y como más disfruto. 

Es así que me aventuré con un amigo al cine, sin hacerme con las típicas gominolas rojas y rositas (en otro post os explico porqué). Dos horas y media de película… dos de las cuales durmiendo. Me da un poco de vergüenza explicar que me duermo en una película, pero en este caso los diálogos se me escapaban. Palabrejas bastante complicadas y diálogos que rozaban la demagogia -obvio, eran todos políticos-. No sabía nada de Lincoln y daban muchos hechos por sabidos. De ahí, intentando entender porqué el Sr Lincoln estaba en contra del esclavismo. ¿Porqué él llevó la voz cantante en un proceso tan delicado y de la que el colectivo poderoso iba a salir perjudicado? ¿De qué parte de su propia historia personal arrancaba tal ahínco…? ¿Tenía algo que ver que su hijo se alistara en el ejército?

"Voldria salvar la Unió. La voldria salvar de la forma més ràpida que permetés la Constitució. Com abans es pugui restaurar l'autoritat nacional, més a prop estarà la Unió de ser la que havia estat ... El meu objectiu principal en aquesta llista és salvar la Unió, i no és ni salvar ni destruir l'esclavatge. Si pogués salvar la Unió sense alliberar cap esclau, ho faria, i si la pogués salvar alliberant tots els esclaus, ho faria; i si la pogués salvar alliberant-ne uns quants i deixant-ne d'altres també ho faria. El que faig sobre l'esclavatge, i sobre la raça de color, ho faig perquè crec que ajuda a salvar la Unió; i del que me n'estic, me n'estic perquè no crec que ajudi a salvar la Unió. Faré menys quan cregui que el que faig fa mal a la causa, i faré més quan cregui que fer més ajudarà la causa. Intentaré de corregir errors quan es demostri que són errors; i adoptaré noves opinions de seguida que es confirmin que són veritables. Aquí he asserit el meu objectiu segons la meva visió del deure oficial; i no tinc cap intenció de modificar el meu desig personal, expressat sovint, que tots els homes de tot arreu puguin ser lliures"

Yo lo viví.

En mi convivencia en la casa Sul Pozzo, de Lecco, compartí 15 días espectaculares inmersa en los diversos proyectos que allí se llevaban a cabo, mientras vivía momentos y mesa con tantísima gente de culturas diversas. Para entonces vivían en la casa -me consta que se han independizado- una pareja de gemelos de Ghana. Hermosos. Los adolescentes Victor y Vincent habían llegado hacía unos 5 años a Europa de la mano de su padre. Alegres, respetuosos, cariñosos… Después de una cena, me quedé charlando largo y tendido con uno de ellos. Las charlas se convirtieron en sesiones de aprendizaje post-cena: el cosmos, política, geografía, movimientos migratorios, y mil porqués que respondernos. Y digo respondernos porque realmente el aprendizaje era mutuo. Se nos hacían las doce, la una, las dos…! Y en la sala de estudios saltábamos de un Atlas a internet, de la mesa a las risas… Y apareció Marther Luther King. Él no sabía qué era el Espacio o el Cosmos, pero sabía que este señor vivió y murió defendiendo las igualdades entre hombres y mujeres, de blancos y negros. Y… porqué? Porqué eran diferentes hombres blancos y negros? Quién así lo había designado? Cuándo? Porqué…? 

Y la esclavitud.

Le expliqué el descubrimiento de América, quién era Colón… Le conté que una vez, un puñado de hombres blancos que se habían inventado armas se iban hacia África. Y en esa África, qué él ama y que siente tan suya y linda, había sido violada y saqueada. Le conté que seleccionaban personas del lugar -léase negras- que deportaban en contra de su voluntad a tierras como América del Norte, donde eran vendidas como reces para trabajos forzados. Y que no disponían de los mismos derechos que los blancos, porque eran una pertenencia. Pertenencia eterna. Me invade de nuevo una brutal vergüenza ante tal barbaridad. Me sentí mal al explicarle que un día como ese, años atrás, una persona blanca como yo maltrató a una persona negra como él solo por… poder?

Lincoln empezó a virar el rumbo de esta historia. Entiendo que la historia está formada por personas y que somos nosotras las que somos capaces de cambiar realidades. Está en nuestras manos y es con nuestros gestos que hacemos de este mundo un lugar mejor para vivir. La historia somos personas, y Lincoln tuvo el valor de apostar por un cambio. 


Y también lo viví. Les seguiré contando.



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