10 oct 2011

La bondad de Via Gaggio


Grazia trae hoy consigo un gordo libro de recetas que anuncia “Conservatutto”. Huele a mermeladas y veo que tiene alguna que otra nota que cuelga de entre las páginas.
Delantal naranjito, espátula de madera y dos grandes cacerolas acompañan hoy a Grazia. En ellas, 8 quilos de ciruelas negras a gajos bailan al compás del fuego lento. No dudo en ayudarla y contagiarme de su sonrisa y hermosa mirada.
Hoy Grazia ha venido sola, y me dice que debe volver al mediodía a casa que viene su hijo a comer con “la sua ragazza”. A Luciano no lo veo. Grazia y Luciano son un matrimonio jubilado que hacen las veces de voluntarios en la Casa.
Al cabo de unos minutos, mientras la nona Emilia (73 años!) entra, sale, entra, sale, se agacha y sirve a los asistentes de una reunión sindicalista que se lleva a cabo en los bajos, empezamos a pasar la pulpa de la fruta por el pasapurés. Todo en la cocina del piano terra es grandote, como si estuviéramos en un restaurante. Así que mientras Grazia me aguanta en firme el cacharro, yo le doy a la manija en plan ma-yo-ne-sa. Las pulpas trituradas ya en una gran cacerola pasan de nuevo al fuego, con sus 4 quilitos de azúcar blanco. A partir de ahí, a revolver y revolver hasta el punto de mermelada.
Y es que en esta casa cada mañana, en cada momento, en cada instante hay una sorpresa. Al llegar por la mañana la chica que ayuda con la organización y la limpieza, se encuentra algun regalito. A veces en forma de caja de ciruelas, a veces son tomates, huevos...
Todo ello se recibe con los brazos abiertos (ay, con las puertas abiertas quería decir!). Grazia me explica que desde que la casa se termino (hacia el 2000) empezaron a organizarse los voluntarios en torno a las mermeladas. Ella, así como Luciano o Danielle, disfrutan el tiempo juntos haciendo mieles y mermeladas que luego son vendidas en los bajos de la casa. El azúcar, al ser un oxidante, no estropea la fruta y se puede comercializar “entre amigos”. Es una forma hermosa de poder trascender los frutos, los esfuerzos para el bien de la casa y así sufragar los proyecto de manera continua.
Las ventas se recolectan en cajas abiertas dispuestas en los estantes... y con las puertas abiertas.



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